Aires de ilusión


1

Se ilusiona que es bello como un Antinoo. Se ilusiona que es rico y que, como un Midas, todo lo que toca lo convierte en oro. Se ilusiona que es eterno y Mefistófeles rompe el hechizo.

2

La ilusión de un hijo desvela a Rebeca. Es la única que no se casó de la familia.Ello no importa, porque Rebeca es paciente y jamás se queja. Pero reclama un hijo. Visita a la vidente, que no la conforma. Y un sacerdote es el que la tranquiliza: reza mucho y confía. No olvides que Dios es el que dispone. A poco, la pretende un ilusionista, quien con unos pases…

3

A veces, la ilusión es un pozo donde uno se ahoga. Le pasó a Heriberto Acuña, abogado de cincuenta años que nunca ganó un juicio. Su mujer lo abandona y en el reclamo tribunalicio, por primera vez su querella sale con fallo favorable.

4

Regina Quarantotti ocupa la presidencia de la empresa desde hace años. Está cansada, pero su ilusión es que la figliola de quince pueda acceder al cargo, a su mayoría de edad. No falta mucho,y Regina redobla sus expectativas. No es extraño que la chica, en poco tiempo, se confunda con la noche y termine haciendo streep-tease en un café de Milano.Regina renuncia y nunca se enterará que aquélla hija suya alcanza en pocos años el cargo de Primera Ministra de la Republica, porque ante el fracaso se pega un tiro.

5

Desde pequeña quise ser stripper.Cuando mamá se iba a la empresa y quedaba sola, me sacaba lentamente la ropa frente al espejo y movía caderas y brazos.Recién comenzaba a menstruar.Frente a la adolescencia, un sismo cayó sobre mi cabeza. Fui con un amigo anarquista al club nocturno aquél, y a poco era la estrella. Ello duró hasta que mamá se fue de este mundo. Entonces regresé al culto, dejé el anarquismo y empecé a estudiar.A los treinta, entré a la política por la puerta grande. Hoy vuelvo a ser del pueblo.

6

Dicen los que saben que ilusión viene de illudere, de ahí al concepto de juego sólo un paso. Tener ilusiones no es por ello jugar con la vida. Lo piensa después que mata la ilusión con el último médico que consulta: no es de la hipófisis, lo tuyo es un enanismo irreversible por acondroplasia.Tus huesos se niegan a crecer.

7

¡Cuántas ilusiones naufragaron desde entonces! ¿Recuerdas, Begonia, que pensábamos ir a vivir a Noruega, porque tenías delirio por los fiordos? ¿Recuerdas que soñábamos tener mellizos, porque en tu familia y en la mía había varios casos? ¿Y recuerdas, Begonia, cuánto te gustaban las piedras preciosas, y el oro y la plata, porque nacían del centro mismo de la tierra? Todo se perdió. Todo fue inútil. Hasta nos han puesto separados, por tantos años más. Aquéllo de la joyería no resultó…

8

El conde Fabrizio tiene la ilusión de desposar a Simonetta. Ella, sin saber esto, sueña con vivir en un castillo. Fabrizio es joven y robusto. Simonetta, aún bella, acusa unos quince años más que él. Cuando Fabrizio se decide, ella se niega con todas las fuerzas. Jamás, jamás viviría sus últimos años en un cuartucho de un barrio de Messina.

9

Hay ilusiones que duelen para toda la vida. Analfabeta ella, doctor en jurisprudencia él, los roles los descolocan. Ella es feliz en su fragilidad, en su inocencia sin apuros. Jamás leerá una sentencia o sabrá de un contrato. El, inmerso en papeles y en convocatorias de acreedores, vive corriendo de juzgado en juzgado, siempre llegando a destiempo. El la contempla en silencio y envidia su placidez. Y acuna la ilusión: si volviera a nacer, sería analfabeto.

10

Colette acaba de perder a su último amante y está rabiosa. La verdad, a más gorda y fea, pero a muchos les atrae su fama, su popularidad. En cada bistró que entra, todos se dan vuelta para mirarla, para murmurar entre dientes como parisinos. Precisamente, hoy al llegar a Le miroir el maitre le sonríe con particular seducción. ¿Por qué no? piensa ella.. La omelette se la trae el propio hombre, quien ya le guiña un ojo. Y ella, por toda respuesta, le planta la tortilla sobre el sexo.

11

Tiene una ilusión absurda. Poseer la altura de una reina no, ya que hay reinas bajas. La seducción de un príncipe, tampoco, porque hay casas reales cuyos miembros son muy mal educados. Tiene la ilusión de ser recibida en la residencia de los Urdapilleta Unzué, sus vecinos. Esos a los que nunca llegó, ni para el saludo. Quiere conocer esa casa. Y que ellos le permitan usar el baño. ¡Para dejárselos bien sucio!

12

Ha terminado su testamento literario. Se lo han pedido varios discípulos, su esposa, dos amantes reconocidas. Y esa sierva que, noche a noche, le lleva tazas y tazas de café sin una sola queja.Lee las páginas como si fueran ajenas. Pero no les halla valor alguno. Pura prosopopeya. Le salta un odio acendrado hacia los discípulos. Y a las otras tres, metidas a opinar. En cambio, se lo lleva a la sierva, encarpetado en cuero. Y le dice casi en susurro: tírelo pronto al rio, es de un discípulo que ha perdido la razón.

13

Algún día, algún día, daré a leer estas páginas a mi sobrino León. No esperaré a que se reciba, sé que él valorará estos pensamientos. Jamás los tiraría al río. Sé cuánto valen y mi ilusión es que, si León los vende, pueda instalar su bufete.

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Biobibliografía

Poeta, ensayista, crítico de arte, Jorge M. Taverna Irigoyen nació en Santa Fe. Ha publicado una decena de libros de poesía, crítica e historia del arte, mereciendo numerosos premios por su labor. Publicó sus narraciones breves bajo el título Historias verosímiles en la revista Letras de Buenos Aires y en el suplemento cultural de El Litoral de Santa Fe. Fue Director Provincial de Cultura, director y fundador del Centro Trandisciplinario de Investigaciones de Estética de Santa Fe y presidente de la Asociación Santafesina de Escritores. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes.

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