Pecados capitales


1

La verdad engendra el odio, dice San Agustín. Por eso María Enriqueta me odia desde lo más profundo de las raíces de sus pelos. No admite que yo le diga que es soberbia. Pero su soberbia (créalo) supera todos los grados. Desde que se levanta por las mañanas, la esgrime como una lanza. No la disimula, y quizá por ello no tiene una sola amiga y sólo un amigo: yo. Que a pesar del odio de ella hacia mí, la comprendo y la perdono. La comprendo, la perdono y la absuelvo, cuando llega al confesionario y le doy mi bendición sacerdotal.

2

Desde niño se recuerda inclinado sobre un libro. Lee y lee todo el día. Y sabe que es una enciclopedia ambulante. Conocimientos y más conocimientos. Todo para sí. Hasta que un pequeño trombo le oscurece el lóbulo derecho del cerebro. El dice que es surmenage, pero es consciente que nunca más volverá a recobrar la memoria. (Como un avaro, está tranquilo: todo está adentro, bien guardado).

3

Tiene la belleza de un Antinoo. Le falta su emperador para ser un favorito Pero su belleza física no va acompañada por un espíritu abierto a la celebración. La pereza es su brújula. Y el cansancio, la forma de su buendía. Entonces, por las mañanas no llega ni a mirarse al espejo. Y como no se conoce, piensa que ya es viejo para el amor.

4

Se puede explotar de ira, pero no es bueno, porque a veces las arterias acompañan…El es algo más que irascible. Y si bien a veces recuerda a un emperador destronado, a un Cátulo o a un César vindicante, yo lo veo simplemente como un hombre sin control. Un hombre que no oye ni recapitula. Hoy, traté de calmarlo. Le dije que era el más bello ejemplo de la intolerancia. Se quedó pensando ¿Belleza? Nadie le había dicho nada nunca. Enderezó sus ojos, me miró, y lanzó un sollozo desde muy adentro.

5

Envidia todo de todos Tiene una carpintería bien puesta, en la que construye muebles. Tiene una mujer buena y fiel. Tiene dos hijas que son un sol. Tiene salud. Tiene capacidad para resistir ciertos embates. Pero envidia todo de todos. Desde que aquél ángel custodio le susurró al oído, un mal día, que iba a ser poderoso y aún no sabe en qué sentido.

6

De noches de lujuria nacieron sus dos hijos. Los ama más que a sí misma. Sin embargo, los retiene, aún hombres grandes, y por sobre el cuidado amoroso sólo una cosa les prohíbe: el sexo. Teme la circularidad del destino y no quiere que, a su vez, puedan ser en la vida padres anónimos.

7

De la gula sabía Balzac, pero callaba y poco y nada escribió sobre el tema. De la gula algo sabe su nieta Honorata, que no logra equilibrar sus emociones. Hoy se probó siete vestidos para ir a bailar el charleston, y todos le quedaron chicos. Maldice sus 41 kilos. Y maldice la herencia literaria .

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Acerca del autor

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Biobibliografía

Poeta, ensayista, crítico de arte, Jorge M. Taverna Irigoyen nació en Santa Fe. Ha publicado una decena de libros de poesía, crítica e historia del arte, mereciendo numerosos premios por su labor. Publicó sus narraciones breves bajo el título Historias verosímiles en la revista Letras de Buenos Aires y en el suplemento cultural de El Litoral de Santa Fe. Fue Director Provincial de Cultura, director y fundador del Centro Trandisciplinario de Investigaciones de Estética de Santa Fe y presidente de la Asociación Santafesina de Escritores. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes.

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