El arte de olvidar


1

Dos veces estuve por entrar al palacio. No hay puertas. Dos veces intenté mirar dentro. Ventanucos altos, muy altos. Dos veces golpeé mis manos y di un alerta vocal. Silencio. (No recuerdo bien si a la tercera vez un fantasma me dijo al oído no hay nadie).

2

Es preferible olvidar. Por eso no lleva flores al cementerio. No recuerda el nombre de su musa. No puede precisar sus años. No fijó la cara del juez. No podría asegurar si la celda tenía ventana o no…

3

No sé olvidar. Aunque diga que perdono. No sé olvidar ni lo bueno ni lo malo. Mi cerebro es un armario en que cada casilla,todo estante, registra determinadas situaciones vividas. Aquí las culpas. Más abajo los desamores. En este costado, los infortunios. En los dos que siguen, las muertes y enfermedades. Todo está contabilizado con tanto rigor, con tanto, que no sé si algún día se me mezclarán los estantes y el armario se demolerá con mi propio cuerpo dentro.

4

A Berta Lipovetzky quizá Ud. la recuerde, porque era la vecina insufrible de Buster Keaton. El regresaba de filmar, y la no sonrisa característica se le transformaba en una mueca de horror, de antología. Buster Keaton sabía de sobra que, aún mudándose, no se libraría de Berta Lipovetzky. Ella se había metido en sus circunvalaciones cerebrales como una huella definitiva. La incluyó en sus memorias, claro. Y de ahí (por más que a Keaton no se le había ocurrido) ella entró en una cierta posteridad.

5

Está bien: a Ud. no le importa cómo murieron mis padres. No cree nada sobre la explosión en Chernobyl. Piensa que la única tragedia es la suya. Y yo me apego a mis recuerdos: cuando Ud. vino gritando horrorizado que algo había fallado en el sistema y después desapareció. Y cuando lo encontraron en Bremen negó todo; y hoy, recién hoy, al hallarlo y preguntarle de nuevo negó y yo no pude menos que pegarle un balazo en el centro de su memoria.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Acerca del autor

Acerca del autor

Biobibliografía

Poeta, ensayista, crítico de arte, Jorge M. Taverna Irigoyen nació en Santa Fe. Ha publicado una decena de libros de poesía, crítica e historia del arte, mereciendo numerosos premios por su labor. Publicó sus narraciones breves bajo el título Historias verosímiles en la revista Letras de Buenos Aires y en el suplemento cultural de El Litoral de Santa Fe. Fue Director Provincial de Cultura, director y fundador del Centro Trandisciplinario de Investigaciones de Estética de Santa Fe y presidente de la Asociación Santafesina de Escritores. Es miembro de la Asociación Internacional de Críticos de Arte y Presidente de la Academia Nacional de Bellas Artes.

Bienvenidos

Visit http://www.ipligence.com

Seguidores